sábado, 17 de abril de 2010

Charla con la de adentro.

A voz la acalla el viento

y...

...¿a TUS promesas?


ahh!




...sí,








Son de hielo. Las derrite el sol.

domingo, 11 de abril de 2010

La caricia


Tu mano grande, brusca, tosca, tu mano. Se abre paso en la oscuridad a través de mi cabello.

Susurras, quizás, no lo sé, hablas tal vez… Mi nombre es lo único que escucho en tu voz.

¿Realmente me llamas a mí?

Yo creo que en tu lamento está camuflando el perfume de alguien más. Invocas en mis manos, manos quizás más tersas.

No te atreves a llegar a mis labios, saco mis manos, mi cuerpo, mi mente. El alma gotea en mis desaires… El reloj avanza… Quieres ser dulce, pero yo soy agria.

Me hablas de estupideces, tú siempre hablas. Te miro y sonrío, te miro y trato sonreír.

Cada canción es un recuerdo, alguna nota aguda es una lágrima que vuelve. Es verdad, el pasado nos sustenta, pero también, nos deja caer…

Ahora tu mano está en mi hombro. Siento este dolor en el estómago, siento esta rabia y esta pena…

Tú eres tibio… Sólo tus manos, jamás tu boca, son gentiles.

Sigo sonriendo, sonríe niña… ¿Acaso no te han enseñado que debes sonreírle a los lindos muchachos?

Creo que cantas algo, no lo sé. Yo no sé mucho de ti, quizás tiempo atrás me importaste demasiado, pero ahora t ehas vuelto una sombra más.

Ahora me gusta molestar y remecer tus nervios, me gusta provocar en ti ironía y desdén.

¿Masoquista? No… Realista. Prefiero un sincero odio a un amor insuficiente.

Tu mano acaricia mi cabello con necesidad, buscas mi mano otra vez, mil veces, yo ya no me atrevo a rechazarte.

Eres un hombre cansado, eres el perro que apaleé ayer.

Te dejo mi mano, fría e inconsolable, para que la mordisquees un rato y te olvides del tiempo. Seré la niña suave y sumisa unos segundos. Confórmate pronto, porque retiraré la mano.

sábado, 10 de abril de 2010

Raudo amor

Raudo amor,

A ti que te entregué el código de mi espina dorsal,

A ti que te canté con las rancheras más sufridas,

A ti, raudo amor de campesino, citadino y tirano.

La figura paterna y la figura del amor…

Eternas fueron las alas de tu sombrero de sembrador,

colgándose estuvieron mis sueños de ella.

Voláramos donde voláramos siempre había sol.

Ahora que el raudo amor ya no es de terciopelo,

Tratamos de cubrirlo de claveles y gardenias.

Pero, el raudo amor exige verdaderos tesoros, mira que los claveles y las alabanzas baratas no hacen más que volverlo de cartón.

El oro del raudo amor ya se cubrió de nortes, nortes espinosos y secos.

Ya no podemos plantar nada, ya no es el fecundo y raudo amor de campo.