sábado, 29 de mayo de 2010

Se me había olvidado que debía olvidarte.

Se me había olvidado que debía olvidarte, por ende, jamás hice el intento, nunca fue necesario. Tú te olvidaste sola.

Sola entre las madejas de palabras a medio terminar, tejiendo nuestros cabellos en un abrazo más que largo.

Sola, sola, sola mirando por la ventana al cielo, pensaste en mi boca, yo pensé en el miedo.

Te quise arrebatar los sueños, tú querías mi vida y la envidiaste.Te pusiste ante cada amor y te los quedaste.

Yo ya no te quiero, te quise, te amé. Ahora eres arena y sol, y a mí, nunca me gustaron los veranos.

Te perdías por las calles cuando llovía, te recordaban a mí la luz ambarina de las calles húmedas y friolentas.

Yo quería un no sé qué, si lo hubiera sabido, quizás hace mucho te habría extirpado.

Se me había olvidado el olvidarte, porque nunca fue una tarea pendiente, tú te olvidaste sola.

Sola, sola, sola te sientes… Amarga la boca de tanta mentira, los ojos rojitos de tanto llorar.

A mí nunca me gustó tu boca, tenías demasiada saliva venenosa. No quise besarte, no lo hice jamás.

Ahora que trato de escribir estas palabras que no sé si son prosa o canto o lamento y carta, pero que sólo sé que son oscuras y ácidas… Miel para ti, ya no hay.

Se me olvidó olvidarte, tú te olvidaste sola.

Sola, sola, sola te pillo en viejas cartas, siempre presentí que tú me amaste más.

Yo tenía claro el golpe que debía dar, lo di, orgullosa levante mi lengua contra ti. Jamás me arrepentiría, me siento más liviana y tibia.

Tu frío y tu veneno agridulce ya no podrán tocarme. No te desprecio, recuerda que olvidé olvidarte, porque, tú te olvidaste sola.

Solita, solita, muy pequeñita… Ya nunca jamás serás grande. Ya nunca jamás, disfrutarás un invierno como los que yo te daba. Frío de mis manos, gélido de amor.

Ahora que recuerdo que no te he recordado, presiento que quizás jugué a quererte, imagino que debería sufrir más, llorarte, arrepentirme ahora. Y no puedo niña solita, no puedo recordar el tono de tu voz, tampoco la fuerza de tu abrazo, menos recuerdo si tu sonrisa era linda o tu cabello suave…

Quizás te amé, ahora no lo recuerdo… Me dejaste tantos recuerdos amargos para escoger, que preferí tirarte a la basura del olvido, aprieto “suprimir” en mi memoria y ya no te recuerdo más.

Nunca, nunca, nunca más… Estás hecha de arena y sol… Se me escapa tu recuerdo entre los dedos… Nunca me gustó el calor… Porque disfruté verte llorar, porque no sentí remordimiento por nada… Me habías hecho mucho mal, yo solo quería hacerte sufrir.

Me dejaste en deuda, me dejaste impaga… Vil, mala, mala. Ahora te irás al limbo a curarte por dentro, estás tan sucia que ya no podía mirarte.

Límpiate, sucia, sácate el orgullo y la ironía… Ojalá no manches a nadie con tu alma torcida.
O si no, otros te van olvidar así como yo me doy cuenta que te olvido.

Se me había olvidado que debía olvidarte, pero tú te olvidaste sola. Me causaste angustia me llenaste de rencor, ahora estoy sentada aquí sin poder recordar nisiquiera tu nombre.


Las fotos en sepia siempre me dejan un saborsito a olvido... Pero es un olvido inolvidable.

domingo, 16 de mayo de 2010

¿Quién eres?

Eres la pregunta más grande de mi vida.

¿Qué quién eres? ¿Cuándo naciste? ¿Cómo es tu forma?

No lo sé, ya no sé más de lo que sabe mi planta. Vivir y absorber lo que venga…

Sé que estás hecho de romanticismo, me han hablado de tus ojos que alojan el negro azulino de la noche veraniega. También, presiento que tienes los labios sabor a caramelo. Y, un susurro lejano me anuncia de la voz que llega al alma, esa voz tuya.

Eres valiente como nadie, valentía de héroes y no de rufianes. Eres de los que dicen la verdad sin presiones. Tu orgullo es fuerte, pero tu bondad lo es más.

Tu cuello esconde la eterna primavera, y tu aliento la frescura otoñal.

Eres preguntas y respuestas, jamás te he visto y aún así sé que existes. Eres lo que me dijeron que tenías que ser.

Secretos, entre las muñecas, me confesaron que tu pecho sería el único que abrigaría mis lágrimas como nadie.

El corcel blanco que llegaba con su clamor de guerra y fuerza, montado tú, vestido de azul.

Dichosa la que te encuentre, porque será feliz para siempre.

Yo ya lloré bastante en distintos pechos, ya no quiero aguantar las lágrimas ni dejar crecer mi cabello para que me alcances.

Yo escojo a la princesa, que de esas, hay un montón.







miércoles, 12 de mayo de 2010

En las sombras


No todo es tan malo, no todo es tan gris.

Mientras veo tu rostro aceitunado, siento tus manos rondar por ahí.

Vaga, vaga errante por la piel curtida de olvido, a ver si con algunos besos puedes cosechar una que otra ilusión.

Enséñame de nuevo a sentir emoción, dame con tu aire un motivo de locura, sácame de la estructura que domina mis pasos…

Yo sólo sé que anhelo tu pelo cayendo como cascada por mi vientre, anhelo asecharte, quiero que me aseches. Guárdame entre tus manos, que la oscuridad no sea otro temor. Porque a mí me gustaría amarte a plena luz, en pleno día.

No todo es tan malo, no todo es tan gris.

Mientras veo tu rostro aceitunado, siento tus manos rondar por ahí.

Vaga, vaga errante por la piel curtida de olvido, a ver si con algunos besos puedes cosechar una que otra ilusión.

Enséñame de nuevo a sentir emoción, dame con tu aire un motivo de locura, sácame de la estructura que domina mis pasos…

Yo sólo sé que anhelo tu pelo cayendo como cascada por mi vientre, anhelo asecharte, quiero que me aseches. Guárdame entre tus manos, que la oscuridad no sea otro temor. Porque a mí me gustaría amarte a plena luz, en pleno día.

martes, 4 de mayo de 2010

El día especial

Nunca me han gustado mis cumpleaños. Inevitablemente se vuelve un duelo por los saludos que no recibiré, de aquellos, los que se han marchado.

Ahora más que nunca recuerdo que soy un tren, y los pasajeros, suben y bajan...

Suben y bajan dejando olvidadas una que otra maleta llena de intimidades, de sonrisas, de llantos...

Viajar en tren es toda una odisea, este tren, es terrible...

Ahora, no quiero apagar velitas de cumpleaños, no quiero nada. Mejor cerrar los ojos y dormir hasta mañana, cuando el 4 de mayo habrá pasado al olvido, con sus festejos y saludos de gente, que a veces, ni me importa tanto.