sábado, 28 de agosto de 2010

Suspensiva...


Es importante que para leer esta entrada pongan pausa al reproductor musical principal de el blog y escuchen el tema a continuación:


Download bài hát Casanova - Flute

Mientras te acercabas, todo sonaba a peligro. Pero era aquélla sensación desconocida la que mantenía en filo mis sentidos.

Tu cabello como un manto sobre tus hombros perláceos...

Tan peligrosa y misteriosa...

Ocultas entre tus piernas los misterios más profundos de la vida. Y en la ciencia de tus movimientos, el secreto de todas las artes.

Al tratar de definirte, suena en mi cabeza una melodía tenebrosa y abrumante... Porque la ansiedad por tocar lo intocable nos vuelve bestias.

Bestia yo que no puedo palpar la sustancia de tu alma púrpura.

Todo se convierte en un eterno punto suspensivo, todo parece tener continuación cuando tu mirada se posa en mí. Y yo que siempre he sido torpe cuando se trata de la intimidad de un abrazo, yo que no puedo besar apasionada sin dejar de pensar en el miedo por desprenderme de la tierra...

Y aquí estoy ahora... Suspendida en el aire, tratando de comprender los secretos de tus pupilas, queriendo atrapar la materia oscura de tu belleza, deseando romper la barrera de tus labios, ansiando financiar una guerra en contra de tus muslos...

Porque después del susurro de tu respiración, todo pareciera tener continuación.

Y ahora estoy en suspenso,

Tratando de definir...

La naturaleza..

De tu nombre.


sábado, 21 de agosto de 2010

Engañosa ciudad


Desde el metro, mirando hacia la cordillera, la ciudad parece una marea negra y sensual, llena de medusas amarillas que se forman para dar el espectáculo más sublime que jamás he visto.

Quiero bajarme del metro y ser absorbida por aquellas aguas petulantes y pretenciosas. Porque así es la ciudad (no te dejes engañar), se cubre de faroles y se disfraza de mar, pero, que recuerde el hombre que aún no ha llegado al fondo del océano, que no conoce todas las criaturas que allí sobreviven.

Aún así, aún cuando la ciudad sea una marea peligrosa y desconocida, yo, simple mujer que ni siquiera sabe nadar, quiero ahondar en sus profundidades y mezclarme con las algas del olvido... Quiero ser el basurero desvordado de inmundicia, me volveré el carrito de sopaipillas, me camuflaré perfectamente con los perros llenos de tiña, con los gatos delgados, con las palomas piojentas...

Quiero ser sucia marea peligrosa, ciudad engañosa.

Quiero descontrolar este desierto nortino y volverme ciudad tempestuosa, para así mancharme y que jamás me reconozcas

lunes, 16 de agosto de 2010

Perdóname

Estas palabras provienen desde lo más hondo de mí, acción natural y llena de sentimientos confusos:


Perdóname…


Me amaste. No sé muy bien si te amé, ¿qué se yo del amor?

Ahora que releí algunas de tus palabras, que me escribiste con tanta dulzura y dedicación, sentí el dolor punzante de haberte amado tan mediocremente… ¿Por qué no me detuviste cuando te decía palabras tan groseras?

Por qué no me callaste cuando dije que si hubieras sido hombre me habría entregado a ti…

Como hombre jamás hubieras podido llenarme… No era necesario el miembro que nunca tuviste, ni tampoco actuar como caballero cuando te pedía más. Tus pechos y el valle de tu sexo era lo más valioso, y yo, miré cada detalle con recelo, como si no fuera suficiente…

Como mujer eres perfecta tal cual, sin miembro te prefiero más, con tus pechos contra mis pechos era perfecto…

No fui capaz de entregarme a ti por el prejuicio inicial, luego, porque nos hicimos daño y te dejé de amar.

Ahora, que releí palabras del pasado que quizás no sientes ahora, rasqué la herida.

Perdóname.

Perdóname por el mail que no te mandaré, también por haber pensado mandarlo, también por haber escarbado en el pasado. Perdóname siempre y así libérate.

Perdonémonos juntas y así no picará el corazón.

domingo, 8 de agosto de 2010

En la tarde...

Me pinté las uñas color carne. Imaginé que cuando me vieras me tomarías las manos y las besarías.

Pero luego, en el segundo maldito del despertar, me di cuenta de que ya no estás aquí, y que no volverás a estar jamás.

lunes, 2 de agosto de 2010

Tenía...

Tenía ganas de escribir, había trazado algunas líneas de algo sensual y provocador.

pero llegaste tú, tú y esa cara de trabajo de oficina con tu discursito de moral.

Te fuiste dejando un "rara" con punto suspensivo en tu mirada.

Me sentí levemente herida, mínimamente atacada. Pero, si junto todas tus llegadas, se vuelve toda una batalla.

trate de volver a la realidad del word, al instante excitante y orgásmico de la escritura del momento. Pero no pude...

Así que, borré todas esas letras sensuales y oníricas. Se me habían quitado todas las ganas de escribir, era imposible retomar el ritmo.