martes, 26 de junio de 2012

9.07 PM

A mí no me pongas un collar.
No, gracias, te lo devuelvo.
Soy callejera.

Me limpio mis uñas entre los árboles.
Tejados varios me han visto rondar al atardecer.
Si me das comida una vez y la acepto,
no se te ocurra pensar
que me has domesticado.

 

domingo, 24 de junio de 2012

Latidos


La pasión no tiene cuerpo. Está hecha solo de piel…

Piel extensa que es devorada con hambre por una boca ambiciosa.

Esa boca que me besa los pechos con deleite…

Entrégame la lengua que provoca mi animalidad.

Si me sacas la ropa de ésa manera, con ésa voz, yo me volveré de agua entre las piernas.

No me preguntes nada, tú solo toma las riendas de mis piernas.

Me gustó estar encima de ti… Con esa desesperación tuya que se sentía a través de la ropa.

¿Yo provoqué eso? Me halagas.

Si nos gustamos tanto, no lo pienses más y atrévete a cruzar unos cuántos límites.

Yo dejé mis límites por ti. Ahora tú, compláceme.

miércoles, 20 de junio de 2012

11.30 PM


Me gustas. Me gustas románticamente.

Yo me sentaría contigo, de la mano, a mirar el atardecer languidecer en el horizonte.

Quiero que mi cuerpo se recargue en el tuyo,
suavemente,
como suave sería el roce de un beso tierno.

Quiero que con la guitarra,
el piano,
la voz,
el canto,
me recuerdes escenarios hermosos dentro de mí.

Voy a pretender ruborizarme,
aunque en verdad, me ruborizas.

No quiero que este dolor
en el estómago,
poco acostumbrado a la caballerosidad,
se detenga.

Doloroso el que me gustes,
a más de uno, a parte de nosotros, le dolerá.

martes, 19 de junio de 2012

Me masturbo con tu mano


En la tarde, mientras me masturbaba, pensaba en lo hermoso que sería
que mi mano, intrusa dentro de mi ropa, fuera tu mano.

Esa mano deliciosa y tibia, grande y abarcadora. Cómo me gustaría que atraparas mi pecho izquierdo, con tu mano, y me dejaras una huella imborrable en la piel.

Magúllame, con esa mano.

Descascárame las fantasías con esos dedos voluntariosos.

Mientras me masturbaba, en la tarde, pensaba en tu boca.

Boca pasiva.

Mueres porque atrape y muerda tu labio inferior.
Yo no solo quiero tu labio inferior, que por sí solo es el epítome de los labios que he besado, sino que también quiero tus hombros.
Tendré relaciones consecutivas y secretas con cada parte de tu cuerpo.

No quiero que tu boca se ponga celosa de tu espalda, ni que tus muslos me reclamen por la atención que doy a tu cuello. Hagamos un pequeño trato de no involucrar los celos.

(Aunque en verdad me excitaría, más, mucho más, que me celaras. Célame)

En la tarde, mientras, con fruición, me masturbaba, pensaba en ti.
No solo en ti, cariño,
Que tu cuerpo es el alimento y tu espíritu mi corazón.
Pensaba en tu alma, noble alma de color verde oliva. 
Por eso tienes manos tibias, porque tienes un dulce corazón.

Quizás un día prepare tu corazón a las brazas con ensaladas varias.
En verdad, realmente (me gustaría), comerme tu corazón.

Si pienso en ti se me aceleran los sentidos, cariño, la mano se mueve rápida e intrépida entre mis piernas. Quiero recordar exactamente el perfume de tu cuerpo.

El clímax es intenso… Me convulsiono aún después de acabar. Es delicioso sentirte a través del exorcismo de mi mano.
Mi mano, que trabaja por ser tu mano.
Mi mano que se proclama como tu mano.
Mi mano, que es tu mano.
.
De solo recordar (tu mano), me abrasa el deseo contenido.

Delicioso lo de hoy en la tarde, tú sabes, mientras me masturbaba (eso de sentir tu mano…). Comprendí que quizás tu mano, (santa mano), no me sabría tocar en verdad.

Me calienta más imaginarte e invocarte en el exorcismo de mi mano, que en verdad me tocaras.  La mente, poderosa, jamás igualará a la realidad, pero, nadie dijo que no es igual, o más, satisfactoria.

lunes, 18 de junio de 2012

1.02 AM


Quiero ser la ciudad,
ser ésas calles húmedas,
a las siete de la tarde, cuando prenden los faroles,
y cada esquina brilla ambarinamente. 

Quiero ser el bar,
donde te sientes a beber ron,
y que ése sabor almibarado te recuerde mis besos.

Seré la cama
que presencie aventuras y deseos.

Así que sueña conmigo,
sueña con mis piernas que se enredan a ti.
Serpiente peligrosa,
rondaré por tu cuerpo como la sangre
que te corre por las venas.

Si me dejas entrar a tus sueños
yo seré la que invente mil fantasías
para entretenerte.

miércoles, 13 de junio de 2012

Estoy hecha de instintos


No quiero trucos.

No quiero un “hago esto para que te des cuenta de esto otro
No.

Yo quiero que seas la palabra viva que se desliza descarada por tu dulce lengua. Esa lengua que ha servido para darme placeres más que inolvidables… Por eso, no la uses para amargarla con sonidos de rabia, de desagrado, de despecho.

Mis brazos están abiertos y fragantes para ti. No me condenes.

No me pongas trampas, que soy amiga del suelo y me tiro a él con alevosía para besar la tierra. No me tiendas trampas demasiado peligrosas, que por no ceder, caeré a cada una de ellas con regocijo.

Dame más alegrías y menos reproches… 

Dame más besos y menos desdenes… Que tengo débil la fuerza y no sé cuándo estoy siendo demasiado lejana, o fría… Para mí es normal pasar la tarde solitaria junto a la ventana y un té. Que para mí el tiempo que paso contigo no se mide en cálculos matemáticos, sino que en lo llenito que me dejes el corazón.
 
No me exijas nada… Que no sé trabajar bajo presión. Que lo obvio no tiene magia… Más preferiría que me acariciaras con intención a que simplemente me dijeras que me amas.

No necesito tanto, por ende no comprendo lo que es entregarlo todo. 

No comprendo la naturaleza de mis sentimientos. Prefiero decirte que estoy hecha de instintos.

sábado, 9 de junio de 2012

12.35 AM


Y la vida sigue a un ritmo frenético. Tú, bajo la tierra, descansas con un latido mínimo, minúsculo, insonoro. Latido hecho para el ritmo del universo, no para las personas.

Quiero detenerme. Pero la masa de personas que vienen detrás de mí me empuja. Así que, sigo caminando. Sigo a un paso que preferiría fuera más lento. 

A veces la gente se acuerda de ti. Es ahí cuando se olvidan de la masa y se detienen ante tus pies. Flores que se marchitan al día siguiente. Pero tú no estás marchita. Te has vuelto de tierra, hogar de la semilla, libera la hoja, se forma el tronco, la rama, el fruto, alimento del ave, vuela al cielo, recorre el mundo.

Que envidia me das… Que has visto los atardeceres de Venecia y, al mismo tiempo, el amanecer en París.
Algún día yo disfrutaré ese ritmo celestial. Lejos de religiones, políticas, vicios del hombre. Libre… Tan libre junto a la tierra.