lunes, 18 de marzo de 2013

ahogo

Me invadió una rabia,
y una pena...

Como si una mano,
horrorosa,
me hubiera apretado el cuello
solo por el gusto
de saberse
dueña de mi
sufrimiento.

Cuando se ama,
así,
(hay tantos tipos de amores)
pero amar así,
es algo complejo,
autoritario,
yo ya no soy más
dueña de mí.

Una palabra tuya,
un gesto,
una caricia,
son más importantes
que
respirar.

Y
ahora estoy aquí,
sintiendo como esta mano
invisible
impalpable
me rompe
los huesitos
que mantienen mi cabeza erguida.

Mastico
la rabia
con una saliva densa
y agria
de pena.

No puedo ser dueña de tu
pasado,
pero como quisiera
encerrarte
y que nadie jamás
nos interrumpiera.

 Nos queda el futuro,
pero ahora,
tu pasado:
me ahorca el cuello. 

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