Los amantes se besan con necesidad dentro del auto.
No hay muchas palabras románticas, no hay muchas voces, más que las voces del deseo.
Se abrazan, se frotan, gimen, sudan.
Ella suspira en el oído de él, mientras dentro del hombre, nace un fuego que sólo las manos de ella, en su miembro, podrán apagar.
Entonces la ciudad que los rodea, se apaga.
Manos como serpientes que cruzan fronteras que quisieron ser precipicios.
Cae una corbata al asiento trasero, las medias estorban, entonces se rompen.
Dedos que estrujan, masajean, marcan.
Caminos imposibles de no recorrer.
Un nombre apagado en la boca,
Un cigarro que a lo lejos una mujer prendió y manchó con lápiz labial.
Una bocina, un semáforo, las puertas del metro…
Escenario vulgar, sincero, inhóspito para los amantes.
Un beso muy largo, lenguas que se transforman en miembros dotados de virilidad.
Una lucha de manos, una lucha sensual.
Se enciende el motor.
Es tarde: en la casa de él, lo espera su mujer.
2 comentarios:
Mish... me gustó este relato... corto y preciso como lo que estaban haciendo jejeej
Sigue asi que escribes bacan!!
Me gustó harto el comienzo, fue re erótico.
(encontré este espacio por el antro)
Un saludo.
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