Un cigarro en invierno

A veces, cuando muero por fumar un cigarrillo abrazada por el frío otoñal, te recuerdo.

Porque contigo todos los cigarros eran deliciosos, jamás me quemaron la garganta, jamás me aburría de fumar contigo.

Y aunque las palabras no nos acompañaran, nosotras en nuestros cigarros encendidos nos encerrábamos.

Tan absortas, tan íntimas, que nadie se hubiera atrevido a interrumpirnos.

Ahora casi no fumo, porque nadie me provoca esa necesidad de fumar, porque nadie me podrá entregar ese sabor delicioso de fumar contigo...

Nadie comprende, nadie se detiene, como tú y yo lo hacíamos, a disfrutar un cigarro en el frío.

Me rindo

¿Yo?

Yo me rindo contigo, cariño.

Bastante te rogué y perseguí como para seguir haciéndolo.

Y no es que ya no te quiera,

pero es que realmente me rendí en la pelea.


No fuiste capaz de darme el agua de tus labios,

sin tu abrazo, ¿cómo me curaría?

Así que me marcho, abandono, no te persigo.

He tenido suficiente de tus excusas y disculpas.


Pudimos haber tenido el cielo a nuestros pies,

pero preferiste mandarme a la guerra de obtenerte.

Y no es que te quisiera tan fácil, cariño,

pero si lo haces muy difícil se vuelve un martirio.


¡Qué te aprovechen!

Que te disfruten...

Yo me voy a buscar otras piernas a ver si me alimentan mejor que tú,

que me tienes famélica de promesas y besos.

Ayer

Cuando entre las cartas apareció la palabra "camptus", el antiguo código que conocíamos solo tú y yo, no pude evitar llorar y reír al mismo tiempo.

Reír violentamente por lo que fuimos,

Y llorar angustiada por lo que ya no seremos.

2.07 AM

¿Qué gano con vomitar estos deseos de adentro?

Si me vieras como me veo probablemente me temerías,

yo me temo,

cuando disfruto demasiado el silencio,

cuando me doy cuenta que jamás seré adicta al café,

con mis reacciones moralistas,

bastante patéticas,

Porque estoy aquí,

añorando enredarme entre tus piernas

y dejarte las pasiones tan secas

que no seas capaz de entregar algo a nadie.


Así que mejor ahorro plata,

harta plata y me voy...

¡Me voy a la mierda si me da la gana!

o me voy a tu boca si me da sed...


Pero por ahora, te miro.

te miro y me hago la interesante mientras me saboreo los labios.

Haciéndome como la que no me importa que no te importe,

total,

cuando vuelva a la casa me tocaré hasta al cansancio para tener un orgasmo en tu honor.

Hoy por hoy

¿Y si hubiera abierto los ojos a tiempo?

¿Y si hubieras sido capaz de hablar de tus verdaderos sentimientos... ?

Para satisfacer el sádico humor del destino, estoy ahora recordándote y no tocándote.

Por confabulación de nuestras infantiles personalidades, hoy por hoy, ya no nos tenemos.

Y sea por lo que sea, mecanismos o torpezas, mi boca parece haber olvidado las notas que forman tu nombre.

Tu luminoso y significativo nombre.

Porque aunque lo quiera o no, velas mis sueños, eres mi sombra, mi conciencia, quizá mi más tibio anhelo.

Mensaje tuyo a las 0:06 AM

Joder...
No puedo creer que algo tan mínimo
me entregue una felicidad tan grande
que me haga sentir ganas de llorar.