En la mañana
te dediqué
dos
(orgasmos).
Ambos deliciosos,
pero el segundo
un poco más
escandaloso.
El primero fue en mi cama,
con la grácil ayuda de mis
incansables
dedos.
El segundo fue en la ducha
con la siempre confiable
presión del agua.
Me encanta
sentirte a través
de mí misma,
en recuerdos
de dolorosa
erección.
Tus besos quejumbrosos,
algo ansiosos,
a veces brutales,
me encienden.
Quiero recordarte
(y recordanos)
siempre
como ayer:
yo entre tus brazos,
retorcida,
levemente expuesta,
con un misterio entre las piernas
que tú
te mueres por descubrir.
te dediqué
dos
(orgasmos).
Ambos deliciosos,
pero el segundo
un poco más
escandaloso.
El primero fue en mi cama,
con la grácil ayuda de mis
incansables
dedos.
El segundo fue en la ducha
con la siempre confiable
presión del agua.
Me encanta
sentirte a través
de mí misma,
en recuerdos
de dolorosa
erección.
Tus besos quejumbrosos,
algo ansiosos,
a veces brutales,
me encienden.
Quiero recordarte
(y recordanos)
siempre
como ayer:
yo entre tus brazos,
retorcida,
levemente expuesta,
con un misterio entre las piernas
que tú
te mueres por descubrir.