miércoles, 20 de febrero de 2013

La entrega

Nunca pensé
que se me daría bien
la ternura.

Ni tampoco
la pasión
desaforada.

Yo era de las que
aceptaba caricias
mientras no tuvieran
una connotación
amorosa.

Y ahora...
Me derrito entre tus brazos
mientras
me ahogo
con palabras
de amor.

Te digo que te amo
no solo
para ver tu sonrisa,
sino que también,
para sentir
la mía.

A veces
creo
que moriré
en tus brazos,
porque no estoy
acostumbrada
a amar
de esta manera.

 

No hay comentarios: