miércoles, 27 de mayo de 2015

Al padre.

No podría jamás volver a amarte,
jamás volvería
a sentirme
la niña protegida entre tus brazos.

El rechazo está tan vivo
como hace años.

Porque yo soy
la simple profesora
que tú crees ver.

Y mientras ese tipo de frases
(y muchas otras más)
sigan danzando de forma intoxicante
en mi cabeza,
no podré mirarte
con cariño.

Porque tu voz me habla
con dureza.
A mí,
la aún niña
que está escondida,
para siempre
de ti. 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

El mío dijo que no podría vivir de escribir, y tuvo razón, pero lo que no supo es que no podría vivir sin escribir.