miércoles, 10 de junio de 2009

En la ciudad que tanto amo y temo.

Las calles revoltosas de caos parece que me absorberán. Siento miedo, pero sigo caminando, por ti. No puedo decir que veo la luz al final, no puedo decir que las esquinas sean atrayentes para mí. Cruzar una puerta siempre ha sido difícil para esta pobre alma atormentada, de pasado y de penas espinosas, que marcaron al corazón selectivo. Tener miedo parece siempre la opción más atrayente, porque el miedo liberó a la gente, porque los que tuvieron miedo, sobrevivieron. ¿Y si quiero morir? ¡Morir de pasión! Suena deliciosa la idea de desfallecer entre tus brazos de piel de durazno. Anidarme en el frío agradable de tu pecho que subirá y bajará arrebatado. Sería maravilloso saberme provocadora de tus latidos, de tu agitada respiración. ¿Acaso me negarías el beber de la poción revitalizadora de tu beso? Quiero que tu lengua se pierda en mi boca con la mía, quiero que nuestras piernas resbalen juntas por un cielo lleno de nubes acolchadas y tibias, serán nuestras carnes las mejores camas para nuestros deseos más ocultos. Nos verán por ahí, en la ciudad a la que tanto amo y temo, donde nos amaremos.


Esta ciudad a la que tanto amo y temo. Esta ciudad que parece que absorberá a la gente que camina apurada a sus trabajos por la mañana, siempre me siento tan pequeña y frágil cuando admiro los edificios, y amo todo el ruido, todas las razas de personas que transitan, ellos ni siquiera me miran, jamás ven mis ojos que los contemplan de forma enamorada, porque amo ese caos matutino que me obliga a caminar apurada y con mirada desafiante, porque aunque le temo a la ciudad, me encanta desafiarla con mis pensamientos y mi amor.


1 comentario:

Mi Espacio dijo...

Qué tal Nataly, lindas tus palabras ... seguiré leyéndote

Un beso