Si pudiésemos practicar cada paso en la vida, sabríamos en qué momento avanzar y cuando detenernos un instante antes de llorar.
Si por mero capricho o tal vez por ponerse el parche antes de la herida, le pidiésemos al ser amado el actuar el momento en que termine el amor… Aquel fatídico instante en que las manos se sueltan y comienzan a avanzar por rumbos diferentes…
Si hubiéramos ensayado nuestro adiós, yo quizás no habría llorado tanto.
Pero la vida se encausa de aquellos momentos en que los lazos se rompen, sin previo aviso, sin tiempo para pensar en lo que ya se dijo…
Ahí, cuando las manos que se acariciaron, se sueltan, es cuando la vida da un giro de ruleta para cambiar el destino de cada ser. Para siempre.
Entonces… Los amantes que quisieron estar juntos, no lo están. Porque tomaron decisiones que los separaron, y que hacen que ellos siguiesen sus vidas tal cual… Como si jamás si hubiesen conocido.
…Porque mirar el pasado es como verlo a través de un espejo empolvado, en el cual se tienen difusos recuerdos…
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