viernes, 19 de marzo de 2010

Ríndete



Sentada con tu té en la mano. Miras hacia la ventana y tu mirada se pierde donde los autos se vuelven hormigas.

La calle es infinita, tus labios semi-abiertos responden al susurro de tu mente… Sí, tararea la canción que siempre te estremece, aquella que le da un sentido a tus pasos cuando vas por el centro tan apresurada.

¿Recuerdas la última vez que sonreíste?

¿Recuerdas la última vez que te sonrojaste por amor?

Miras algunos rostros conocidos, pasan corriendo por tu memoria frágil y soñadora.

Si pudiera tocarte el alma, escogería mejor, llegar hasta la médula de tus huesos… Así, encontraría en la materia de tus movimientos, la señal que no eres capaz de decir con tu voz.

Tus ojos se cierran, tienes sueño…

Mejor, ríndete al idilio de la sonrisa que te conquistó.


La foto? Rodolfo Valentino. El primer latin lover del cine. Cuando vi aquella imagen, me sentí como un hombre que te recuerda. Así, con esa mirada profunda y sospechosa, incapaz de hablar sobre la profundidad de su corazón, orgulloso con el pecho inchado y la espalda arqueada. Sí, como un hombre que te recuerda.

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