¿Pensarás en mí?
Es la pregunta donde mi alma siempre prefiere retornar. No hay fe, no hay sed, no hay más.
Aún así, retomo tu rostro y lo moldeo al compás de mis emociones inconstantes.
El producto: un tú mil veces más brillante. Y aunque en la realidad no eres más que color sepia, yo te pinto con las acuarelas.
Me siento como una vieja al tejer memorias oxidadas, al beber tanto té, al tener la sonrisa gastada, al caminar y cansarme, al dolor de los huesos, al asma por las mañanas...
Soy un trapo estrujado, no hay más agua, no hay dulzura ni tampoco poesía barroca.
Soy el reciclado de algo lejanamente brillante, la de ahora es demasiado biodegradable; si me acuesto en la tierra me absorverá y moriré: olvidada, resumida, desgraciada.
Y sigo hablando como anciana, como vieja apaleada... ¡Si hasta mi madre aún puede sonreír con naturalidad!
¿Dónde quedó la primavera de mis pasos? ¿A dónde fue a parar la coquetería de mis gestos?
Y no estoy seca, de llorar: lloro, de cantar: canto, de amar: no lo tengo claro.
y de recordarte.... Como una vieja lo hago.
Tejiéndote estoy entre letras sumisas y atolondradas. Bebiéndome un té endulzado con tu abrazo antier, disfrutando el bouquet de tu ausencia, silenciada por los kilómetros de mentiras...
Yo solo anhelo dejar de digerir este recuerdo tuyo, para así no tener nunca más que sentarme a beber más infuciones amargas de recuerdos y promesas rotas...
Ya no quiero pensar si me recuerdas, no quiero recordarte yo. No quiere recordarte mi cuerpo con los brazos adormecidos de tanto esperarte abiertos.
Me bebo el té de amargo cariño que me dejaste, para así digerirte y olvidarte.
martes, 28 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
0.08 AM
Está tu pecho abierto de primaveras olvidadas,
nunca antes tu sonrisa tuvo más sentido.
La boquita pequeña y deliciosa en aquél rictus ofendido,
quiero ver más de tu cuello eterno.
Quiero el mar, y lo quiero contigo.
El agua salada y fría que nos despertará del ahora.
No quiero sentir el tiempo para así no olvidarte,
congelaré la primavera de tu pecho para no volver a olvidar la flor del cerezo.
Oprime el gemido escandaloso,
acalla el silencio desesperante de tu vervorrea.
Si con nombrar a Dios, él existe.
Quisiera nombrar al amor a ver si se hace realidad.
nunca antes tu sonrisa tuvo más sentido.
La boquita pequeña y deliciosa en aquél rictus ofendido,
quiero ver más de tu cuello eterno.
Quiero el mar, y lo quiero contigo.
El agua salada y fría que nos despertará del ahora.
No quiero sentir el tiempo para así no olvidarte,
congelaré la primavera de tu pecho para no volver a olvidar la flor del cerezo.
Oprime el gemido escandaloso,
acalla el silencio desesperante de tu vervorrea.
Si con nombrar a Dios, él existe.
Quisiera nombrar al amor a ver si se hace realidad.
viernes, 10 de septiembre de 2010
2.54 AM
Tu respiración es tan sutil, liviana y silenciosa, que pareciera que en cualquier momento se te irá la vida.
El cabello revuelto en la amohada, tus brazos sobre el plumón, tu ceja arqueada, tu piel.
Hay un rumor dulce en el aire, de otoño tibio, demasiado delicioso para mis sentidos.
Duermes tan pacíficamente, que tengo miedo de moverme y despertarte.
Hundida estás, en el mundo de los sueños. Yo te velaré, duerme tranquila.
El cabello revuelto en la amohada, tus brazos sobre el plumón, tu ceja arqueada, tu piel.
Hay un rumor dulce en el aire, de otoño tibio, demasiado delicioso para mis sentidos.
Duermes tan pacíficamente, que tengo miedo de moverme y despertarte.
Hundida estás, en el mundo de los sueños. Yo te velaré, duerme tranquila.
martes, 7 de septiembre de 2010
A las 3 AM
Estractos de conciencia se fragmentan en gotitas de rocío.
Por la mañana, si sale el sol, todo se evaporará.
pero, si hace frío, quizás perdure.
Por la mañana, si sale el sol, todo se evaporará.
pero, si hace frío, quizás perdure.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Gata de ojos amarillos
Sentada a mi lado, tomaste mi cintura con disimulación.
Me sonreías y me pedías que te mirara a los ojos mientras bebíamos y brindábamos...
Hacías todo como si supieras mis debilidades... La mano tuya rozando mi cadera, tu cabello cosquilleando mi cuello, tus ojos amarillos frente a mis ojos...
Gata sin raza que menea el cuerpo mientras acecha a su presa.
frotabas tu cuerpo junto al mío como si quisieras marcarme como tuya, dulce y territorial
Eras tan bonita que si hubieras estado sin dueña te habría domesticado.
Y reímos. tú, coqueta animal, exquisita contextura, y sobre todo, aquéllos ojos...
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