Hablar contigo es un dolor en el pecho
es el palpitar desesperado de mi oxidado corazón,
es no poder dejar de mirarte los labios,
es la imperiosa necesidad de tocarte.
Porque cuando por azares del destino nos encontramos
yo ruego a todos los Dioses que han dado abrigo a la humanidad para que me mires.
Y cuando por descuido tocas mi mano y no retiras la tuya, tiemblo.
El dolor de tenerte y no tocarte es torturante,
sobre todo,
cuando tus ojos brillan en mi presencia.
sábado, 30 de octubre de 2010
domingo, 17 de octubre de 2010
¿Me lo permites?
Quiero pedirte permiso para transformarte en puta,
Así no me sentiré tan culpable cuando ansío tenerte en mi cama,
abierta,
expuesta,
sudorosa,
temblorosa,
a mis instintos.
Así no me sentiré tan culpable cuando ansío tenerte en mi cama,
abierta,
expuesta,
sudorosa,
temblorosa,
a mis instintos.
jueves, 14 de octubre de 2010
23:17
Cuando hace frío y solo tengo un té en mi mano, pienso en ti.
Como si tu cuerpo que se difumina en la memoria fuese un cigarro de nunca acabar.
Atrapar los despojos de tu sonrisa es una labor imposible,
Porque dejaste regada tu esencia por toda mi habitación.
Y ahora que las luces caen a través de mi ventana,
Pido permiso al aire para robarle lo que le queda de oxígeno
Para no morir así,
Dejándote escapar en cada suspiro.
La cama ya no es un lugar de descanso,
Solo tormento me provoca en su espacio.
No estás tú en la cama,
Yo tampoco quiero estar.
Y así me alimento en las noches,
Del fantasma de tu mano en mi vientre,
Ansiando dejes de ser un espectro,
Y desde las sombras se materialice tu deseo.
lunes, 11 de octubre de 2010
mía
Me voy a encargar de tomar todas esas sonrisas tuyas y encerrarlas en lo más hondo de mi cuarto.
Ya te quiero ver, sin esa sonrisa no eres nadie.
¡imagínate!
Tú con esa boca logras todo lo que quieres, pero si te la quito, ya no me causarás más tormento.
Así que despídete de tu sonrisa que la voy a guardar celósamente entre mis cuadernos viejos y mis libros de la época escolar.
La voy a meter donde nadie la encuentre, donde solo yo sea capaz de tomarla.
Celósamente,
mía,
mía,
mía ésa sonrisa tuya.
Ya te quiero ver, sin esa sonrisa no eres nadie.
¡imagínate!
Tú con esa boca logras todo lo que quieres, pero si te la quito, ya no me causarás más tormento.
Así que despídete de tu sonrisa que la voy a guardar celósamente entre mis cuadernos viejos y mis libros de la época escolar.
La voy a meter donde nadie la encuentre, donde solo yo sea capaz de tomarla.
Celósamente,
mía,
mía,
mía ésa sonrisa tuya.
lunes, 4 de octubre de 2010
20:36 PM
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