domingo, 29 de mayo de 2011

Un cigarro en invierno

A veces, cuando muero por fumar un cigarrillo abrazada por el frío otoñal, te recuerdo.

Porque contigo todos los cigarros eran deliciosos, jamás me quemaron la garganta, jamás me aburría de fumar contigo.

Y aunque las palabras no nos acompañaran, nosotras en nuestros cigarros encendidos nos encerrábamos.

Tan absortas, tan íntimas, que nadie se hubiera atrevido a interrumpirnos.

Ahora casi no fumo, porque nadie me provoca esa necesidad de fumar, porque nadie me podrá entregar ese sabor delicioso de fumar contigo...

Nadie comprende, nadie se detiene, como tú y yo lo hacíamos, a disfrutar un cigarro en el frío.

1 comentario:

Julieta dijo...

Cigarros! con café, chocolates, coca cola... qué mejor?

Revisa mi nueva dirección, y de paso, mi nuevo texto ;)

te quiero!