¡Tengo el corazón exaltado!
de ti...
Aunque me digas palabras agrias,
no me importa.
Porque al menos me hablas,
porque al menos me recuerdas.
Y sea lo que sea que nos depare el destino,
en mis manos jamás recaerá la labor de decir adios
Yo apenas tengo moral para hablarte,
si veneno me das,
me lo tomaré todo.
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