lunes, 28 de junio de 2010

Ése Lugar


Quiero recargar mi cabeza en el área situada entre tu cuello y el nacimiento de tu mandíbula. Ahí, recargaré más que mi peso, mis preocupaciones.

Encerraré en el abrazo más tibio la condensación de mis llantos, y aplicaré crema nutritiva a los oídos cansados e irritados de los gritos de la vida.

Envolveré en papel crepé todas las angustias… Y haré de ellas esos regalos que no nos gustan y que quedan olvidados en un rincón.

Encontraré en los caminos más empedrados la dicha de la lucha, para así no sentir que la vida es siempre tan dura y frívola.

Ahí, en el rincón entre tu cuello y el nacimiento de tu mandíbula, dejaré marcas de besos que nadie podrá ignorar. Por si un día estás con otra, verás que el pasado por más que lo limpies no se puede borrar. No importa si quedan sólo moretones, no importan las sonrisas, importa que estuve ahí, en tu vida.

Ahora, me quiero quedar un poco más en el rinconcito aquél… Quiero cerrar los ojos y olvidar las cicatrices que jamás intenté curar y que hoy se pudren. Callémonos un momento, que sólo quiero oír tu respiración… Abrazada al pecho más tibio de todos… Siendo acariciada por las manos más suaves que he sentido desde hace una eternidad… Olvida el miedo al olvido… Que aunque mi boca vomite negruras e injurias, muy adentro estás.

domingo, 13 de junio de 2010

Embaucadora



¿quieres leer?
¿tienes pena?
Acá no encontrarás algo más que desprecio.
¿quieres hallar la palabra: te extraño?
Que lejana es la realidad.
Ya no podría mirarte con respeto, la admiración está más que muerta.

Muerta como tú.

Ups, perdón si estas palabras son muy agrias, pero es que ese es tu sabor.
Si alguna vez pensé que estabas hecha de azúcar, fue porque tú me hiciste creer que aquello era dulce.
¡Ahora conozco el verdadero dulzor!
Y a ti deberían demandarte por engañar así a la gente, por timarme de esa manera, me robaste mi tiempo y mi energía, ya no me sirves.
Veo en los otros el rastro de tu “dolor y sufrimiento” y no puedo sentir otra cosa que rabia.
Levanta la frente y deja de hacerte la víctima, deja de buscar en los demás la fuerza que no te atreves a usar.
Deberías aprender a ser una persona derecha, sin trucos, porque así como eres sólo daño podrás causar.

lunes, 7 de junio de 2010

El saberme amada por ti

Ayer me apoyé en tu pecho…

Ya no hubo dolor ni dudas… Me dejé abrazar, me dejé acariciar el cabello.

Tus labios dulces y sinceros rodaron por mi nuca con tibio esmero… Jamás ensuciarme, sólo idolatrarme.

Me hablaste del alma y de la gente, de la vida y la vejez… Yo extasiada te escuchaba, siempre me gustó tu compañía.

Por el cielo, crepuscular, brillaron montones de ilusiones de color plata. Sonreímos, nunca la vida fue más prometedora que ahora.

Estamos tan limpios, tan livianos mi niño…

La ciudad nunca fue tan alumbrada de neón azul y fucsia… Nunca las luces que antes, parecían de prostíbulo, me parecieron más hermosas.

Las fachadas atrayentes, las risas centelleantes de la gente… Nada podía ser más propicio para el regocijo de la compañía tan anhelada.

Incluso, cuando ya no tuvimos más que decir, fue agradable.

Agradable también el palpitar de tu corazón, suave y acompasado, ajustado correctamente a la circulación de la sangre en mi muñeca.

Bonita la ciudad, desde el metro. Bonito ese manto de lucecitas ambarinas sobre la marea negra. Sacaste fotos, yo las guardé en la memoria.

Gracias por ser complemento y aderezo. Sencilla sazón que condimenta la emoción de verte, sentirte, de saberme amada por ti.

viernes, 4 de junio de 2010

Se siente un poco el abandono, el vacío, la nostalgia…


Se siente un poco el abandono, el vacío, la nostalgia…

Se siente aquí, en el pecho, el virulento vaho de la desidia.

La habitación crece y crece y yo no puedo avanzar más que mi vista… El horizonte nunca antes fue tan empinado.

Se siente un poco el abandono, el vacío, la nostalgia…

Aquí, en la mejilla ya jamás besada y en el cabello poco acariciado…

El problema en sí no es la ausencia de tu presencia ante mis ojos, es la ausencia de mí presencia en tu memoria…

Y mientras leo y leo buscando miserias de conciencias, me quedo temblorosa imaginando el ya no más…

Imaginando el abrazo que no es mío y la sonrisa que no brilla para mí.


martes, 1 de junio de 2010

Momento

Estás hecha de la luz diáfana de las farmacias,

Caminas entre las vitrinas con sutileza y humildad,

Tu boca sonríe por capricho de los músculos…

Tu cadera se contornea porque te sabes observada.

Mis ojos, sombríos y apagados,

Con ojeras groseras que te ofenden,

Te observan.

Me sonríes, ¿qué más podrías hacer?

Yo desvío el rostro, desvío los pensamientos,

Tiemblan estas manos que podrían arañarte.

Tú y tu figura se alejan con despreocupación.

Los tormentos de tu cuerpo me los guardo para mí,

La sonrisa que no te di, quizá te la de en sueños,

Y el beso que quedó en la iniciativa, a otra lo daré.