A la gente le gusta sentirse segura de lo que le rodea, sino, acaban llenándose de preguntas y temores que al no poder aceptar, evitan.
Bien, hice el siguiente experimento:
Mezclé dos conceptos “aparentemente” opuestos. Tomé la figura de un hombre y un ícono femenino y los uní en un lienzo. La cosa quedó más o menos así: una acuarela donde está dibujado y pintado el cuerpo completo de un hombre, visto desde la espalda. El factor conflictivo es que está desnudo y lo único que porta son zapatos de tacón amarillo con un fondo degradado en rojo. Luego, coloqué la acuarela en un lugar bastante visible.
¿resultado?
Una familia que moraliza la acuarela y que me llenan de preguntas por una simple imagen.
¿por pintarlo soy lesbiana, rara, atrevida, anticristo, vulgar?
Más o menos a ése ámbito iban dirigidas las quejas.
A mí la acuarela me encanta, yo amo lo ambiguo, lo poco clasificable, lo que no puede definirse en simples palabras. Para mí es morbosamente exquisito ver a un hombre con tacones.
2 comentarios:
a la gente le gusta que le den lo que quieren, de no ser asi se descontrolan y ese chip social que llevan en las mentes los teermina ahocardo.
saludos
digamos que se produce un "calentamiento" del sistema central ubicado en el comando de "realidad"
entonces hay que resetear al ser humano y borrar la información nueva que adquiere y que le produce fallas en su sistema interno.
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