Me acordé de tu pendejería y pensé en escribirte algunos insultos e indirectas al modo tuyo, pero me di cuenta que ni la consideración de mis insultos te mereces.
En cuanto lo noté, toda energía negativa se disipó y me dejó el desconcierto del recuerdo de una rabia.
En cuanto lo noté, toda energía negativa se disipó y me dejó el desconcierto del recuerdo de una rabia.
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