domingo, 13 de enero de 2013

12.43 AM

Mientras venía en el metro había escrito algo rápido acerca de tu sonrisa de chinito
(cuando tus ojitos se hacen chiquititos hasta desaparecer).
Y ahora que volvía, entre mis papeles, a buscar el escrito, me di cuenta que se había perdido.
Luego me puse a releer algunos escritos para ti
que están sueltos por este espacio y recordé
la primera vez que nos besamos.
Tú me acunaste en tu pecho con una ternura
impropia para algo de una noche.
Yo me dejé querer,
sintiendo en ese abrazo
un hambre de algo desconocido,
de una dulzura adictiva...

Y ahora,
puedo llorar de felicidad por pequeñas cosas contigo,
reír con una locura sincera,
ser de verdad una amiga
y disfrutar dando...
Dándote esto que llevo dentro y que se me acumula a cada instante mientras no te veo.
Quiero meterte hasta por mis poros,
mostrarte el camino hacia mis huesos,
y que asientes tu casa en la isla de mi ojo.


 

No hay comentarios: