miércoles, 27 de julio de 2011

El éxtasis no tiene memoria

En aquél momento,
tu entrepierna chocó con la mía.
El estremecimiento me hizo alejar...

Pero tu mano me retuvo,
con tanta seguridad y fuerza,
que quedaron leves marcas en mis muñecas.

Sentí,
como en cadena,
la forma en que se tensaba cada vello de mi cuerpo.

Tu respiración,
mi ansiedad,
hicieron estragos en la habitación.

Y cuando perdimos la noción:
del recato y el pudor,
pude dejarme envolver en el vaivén de la situación.

Si me mordiste,
succionaste
o apretaste,
no lo recuerdo.
Solo atesoro ahora
la terrible angustia
de fundirme contigo.

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