Yo,
que solo he vivido de
encuentros apasionados
y esporádicos,
no sé cómo reaccionar
cuando
me tomas la mano con los dedos entrelazados
o
cuando besas dulcemente mi frente
y mi cabello...
Me duele dentro del pecho,
tan hondo,
que me estés derritiendo
con esta miel tan espesa
y adictiva.
Solo sé de temores
y ansiedades
contigo.
Miedo de que tu cariño
sea dado con una intención de amiga,
ansiosa de que tu presencia
sea tan solo una brisa.
pero...
¿Acaso así abrazas y besas a tus amigas?
Quiero pensar que no,
y que tus caricias
me las das con el alma,
Y que tus labios contra mi frente
son la ruta directa
a mi espectante boca.
2 comentarios:
Me gustó este poema!!! Si no estuviera impreso tu nombre, pensaría que es de alguno de mis favoritos como Amado Nervo. Tu escrito tiene esa mezcla de agridulce que em gusta en los poemas, porque yo también escribo...
Espero que nunca dejes de escribir.
Gracias, ser confundida con Amado Nervo es más que un cumplido. La verdad, no podría dejar de escribir porque es para mí como respirar. Y yo también amo lo agridule, no hay felicidad sin una cuota de dolor.
Besos, y tú tampoco dejes de escribir.
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