En la tarde, mientras me masturbaba, pensaba en lo hermoso
que sería
que mi mano, intrusa dentro de mi ropa, fuera tu mano.
Esa mano deliciosa y tibia, grande y abarcadora. Cómo me gustaría que atraparas mi pecho izquierdo, con tu
mano, y me dejaras una huella imborrable en la piel.
Magúllame, con esa mano.
Descascárame las fantasías con esos dedos voluntariosos.
Mientras me masturbaba, en la tarde, pensaba en tu boca.
Boca pasiva.
Mueres porque atrape y muerda tu labio inferior.
Yo no solo quiero tu labio inferior, que por sí solo es el
epítome de los labios que he besado, sino que también quiero tus hombros.
Tendré relaciones consecutivas y secretas con cada parte de
tu cuerpo.
No quiero que tu boca se ponga celosa de tu espalda, ni que
tus muslos me reclamen por la atención que doy a tu cuello. Hagamos un pequeño
trato de no involucrar los celos.
(Aunque en verdad me excitaría, más, mucho más, que me
celaras. Célame)
En la tarde, mientras, con fruición, me masturbaba, pensaba
en ti.
No solo en ti, cariño,
Que tu cuerpo es el alimento y tu espíritu mi corazón.
Pensaba en tu alma, noble alma de color verde oliva.
Por eso
tienes manos tibias, porque tienes un dulce corazón.
Quizás un día prepare tu corazón a las brazas con ensaladas
varias.
En verdad, realmente (me gustaría), comerme tu corazón.
Si pienso en ti se me aceleran los sentidos, cariño, la mano
se mueve rápida e intrépida entre mis piernas. Quiero recordar exactamente el
perfume de tu cuerpo.
El clímax es intenso… Me convulsiono aún después de acabar.
Es delicioso sentirte a través del exorcismo de mi mano.
Mi mano, que trabaja por ser tu mano.
Mi mano que se proclama como tu mano.
Mi mano, que es tu mano.
.
De solo recordar (tu mano), me abrasa el deseo contenido.
Delicioso lo de hoy en la tarde, tú sabes, mientras me
masturbaba (eso de sentir tu mano…). Comprendí que quizás tu mano, (santa
mano), no me sabría tocar en verdad.
Me calienta más imaginarte e invocarte en el exorcismo de mi
mano, que en verdad me tocaras. La mente,
poderosa, jamás igualará a la realidad, pero, nadie dijo que no es igual, o
más, satisfactoria.