domingo, 24 de junio de 2012

Latidos


La pasión no tiene cuerpo. Está hecha solo de piel…

Piel extensa que es devorada con hambre por una boca ambiciosa.

Esa boca que me besa los pechos con deleite…

Entrégame la lengua que provoca mi animalidad.

Si me sacas la ropa de ésa manera, con ésa voz, yo me volveré de agua entre las piernas.

No me preguntes nada, tú solo toma las riendas de mis piernas.

Me gustó estar encima de ti… Con esa desesperación tuya que se sentía a través de la ropa.

¿Yo provoqué eso? Me halagas.

Si nos gustamos tanto, no lo pienses más y atrévete a cruzar unos cuántos límites.

Yo dejé mis límites por ti. Ahora tú, compláceme.

No hay comentarios: