jueves, 19 de julio de 2012

7.09 PM


Soy débil cuando me besan la frente.
Soy débil cuando se despiden de mí…
Por eso, cuando me abrazaste,
sentí que el mundo se me venía encima,
como una avalancha
de interminables
dudas.

Contigo no.
No,
no.
No soy tan malvada
como para
hacerte el daño
con un beso
venenoso.

Todo lo que hago,
es por tu bien.
No seas iluso,
el oro que crees haber encontrado
es pirita,
oro del tonto.

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